Nicaragua – Vivencias de ayuda mutua y cooperación genuina

Winnie Narváez Herrera, 13 de agosto 2021

Vivencias de ayuda mutua y cooperación genuina en el contexto de una cooperativa de vivienda en el norte de Nicaragua

En el mundo entero el drama de la vivienda se agudiza. Desde Madrid, Londres hasta Oakland, San Francisco o Nueva York la triada bancos, financiadores y urbanizadores mediante la especulación inmobiliaria ha ocasionado la demolición y desalojo de miles de familias de su vivienda.

Este hecho ha profundizado el empobrecimiento de grupos sociales como negros, indígenas, campesinos, obreros o jóvenes, que viven la pesadilla de no tener un techo seguro donde dormir. 

Estas familias pasan los inviernos extremos con la esperanza de no ser corridas por la policía o de encontrar un lugar dónde vivir como seres humanos con dignidad.

Frente a esta crueldad sin límite del neoliberalismo global en Nicaragua se abre paso otra realidad.

Mediante la responsabilidad compartida entre el Estado, las familias y otros aliados solidarios bajo un modelo de cooperativismo, se gestiona la compra de terrenos y construcción de viviendas.

Esto crea una base sólida para el cumplimiento del Derecho a una vivienda digna y a la construcción de una comunidad segura.

Desde el cooperativismo de vivienda “ayuda mutua” se refiere a las horas de trabajo dedicadas de forma voluntaria por las/os miembros para construir sus viviendas.

En la práctica, la ayuda mutua involucra tantas vivencias que se convierte en una experiencia de cooperación genuina. Las cooperativistas Yadira Aguirre y Margine Martínez compartieron en una entrevista sobre el trabajo que realiza su cooperativa en el norte de Nicaragua.

El trabajo inició el 15 de julio, se han integrado 16 de las 18 personas que conforman la cooperativa. En su mayoría mujeres.

La motivación fue la comunicación de INVUR (Instituto Nicaragüense de la Vivienda Urbana y Rural) de que únicamente 5 casas serían aptas para la construcción de viviendas nuevas en convenio entre INVUR, la alcaldía, la cooperativa y el equipo de asistencia técnica. Los terrenos restantes presentaban fallas y requerían trabajos de alto costo como muros o gradas.

La situación se evaluó con el equipo de asistencia técnica y se invitó nuevamente a INVUR para que indicaran los trabajos requeridos.

“El trabajo de INVUR es llegar, medir, observar que dónde está el peligro que adónde no está el peligro y qué se puede hacer en los cuatro extremos de los solares y si está en peligro ya dicen no, no va”

Para este trabajo la cooperativa se organiza en tres comisiones: comisión de trabajo; se encarga de llevar un horario anotando hora de ingreso y hora de retiro, además lleva una agenda donde anota lo sucedido en el día.

“Es importante que a la par de estas fechas vaya la agenda porque así se sabe qué pasó. La agenda habla dónde estuvo trabajando”.

La otra es comisión de obra que se encarga de orientar a los grupos de trabajo en sus labores del día y una tercera es la comisión de administración, que se encarga de resguardar las herramientas, entregarlas al inicio y recibirlas al final de cada jornada.

Cada día las/os cooperativistas se reúnen en un terreno y ahí deciden dónde corresponde trabajar ese día, a veces comparten alimentos ya sea ofrecidos por habitantes de la casa donde trabajan o llevados por cada uno/a.

Hasta ahora han trabajado en 5 terrenos, construyendo gradas, removiendo piedras muy pesadas y aplanando el terreno. Las gradas se construyeron en la casa de un socio.

“Él estaba desanimado y ahora lo veo animado. En el solar de él hicimos 6 gradas, 10-12 personas trabajando y ya cambió su ánimo. Me gusta mucho que la gente que estaba sin ánimo diga “a la chocho lo que logré con este grupo”. Entonces la ayuda mutua la estamos llevando así”

En algunos casos el trabajo también implica mover completamente una casa de madera y ubicarla en un lugar temporal mientras se prepara el terreno.

En este sentido la ayuda mutua además de estrategia, es imaginar juntas/os los diseños futuros. “Pienso que esa casita va a ser la cocina al final por eso hay que dejarla bien hecha y más al fondo para que no humee la casa nueva. Yo ya veo la casa nueva”

“No tenemos un salario, estamos poniendo fuerza humana todas porque es para nuestra vivienda. Mientras más trabajemos en nuestros solares, más el protagonista se va a sentir encariñado de su casa, enraizado, encarnado en su casa. Cada rayón la va a reparar porque sabe que le cuesta. Hasta los niños llegan a pegar un machetazo, un palazo. Los niños de nosotros llegan a querer ayudar, pero como están demasiado pequeñitos, están en la escuela, no pueden estar ahí. No los podemos tener trabajando mientras ellos tienen que estar en la escuela”

La ayuda mutua se convierte en una experiencia de cooperación genuina porque en la convivencia, en el compartir, en el cuido, en el registrar lo vivido día a día y en el reconocer el aporte de cada persona a su propia comunidad se construye calidad de vida.

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